¿Por qué estoy soltera?

by - 8:26 p.m.



Con frecuencia las personas ponen la misma expresión en el rostro cuando les confieso que sigo soltera…

En mi interior, sonrío.

-¿Será que sos muy exigente? Es la siguiente pregunta que surge.

- Claro, soy exigente  ¿Por qué no iba a serlo?

Normalmente, ahí acaba la conversación. Esas preguntas del matrimonio y los hijos, nunca me las hacen, creo que la razón es obvia.

A mis 28 empiezo a notar o, más bien, a experimentar la percepción negativa que existe sobre la soltería y sobre quienes la disfrutamos. Sí, la disfrutamos.

Yo estoy soltera porque así lo he decidido. Es mi elección.

Tras unos 10 años de estar involucrada en relaciones de noviazgo, pocas pero varias, decidí estar sola.
No, no es drama ni nada de eso del corazón roto y la “Magdalena” que no supera el pasado. Todo lo contrario.

Estuve en algunas relaciones por rutina, por pasar el rato, por malas decisiones, por no estar sola y por tonta.

Después de mi última relación, elegí un cambio. Quizás me encontraba ya  en la edad suficiente para saber que algo estaba mal: tenía mucho miedo,  miedo a la soledad.

Entonces, en un acto de valentía, de esos de los que te sentís orgullosa todo el tiempo, decidí que iba a estar soltera por un año y antes de eso, no me iba a involucrar, emocionalmente, con nadie. Si alguien le teme a ese fantasma que parece tenebroso llamado soledad, no iba a ser yo. Lo enfrenté.
No paso un año, pasaron dos.

Si veo hacia atrás, creo que han sido los dos años de mayor crecimiento personal, profesional y espiritual.

He leído decenas de libros y al fin tuve tiempo para esa pasión por la lectura que me hace feliz, hasta descubrir que los protagonistas de esas historias son, realmente, encantadores y podía devorarme hasta tres libros en un solo fin de semana.

También supe lo que era ponerme un par de tenis y correr hasta la meta.

Descubrí  lo raro que te ven cuando vas al cine, a un concierto o simplemente a  cenar sola. Además, lo lindo que se siente al pensar: “Sí, yo disfruto de mi compañía. ¿Usted sería capaz?”
Aprendí que el tiempo a solas te acerca a Dios.

Conocí a muchas personas, algunas de ellas se convirtieron en mis favoritas. Entendí cómo se maneja el tiempo libre, hasta que me encontré diseñando y elaborando bisutería, cuando nunca lo había hecho, y vendí lo suficiente como para pagar la prima de mi carro nuevo. Nadie me regalo nada, lo hice con mis manos.

Pude aventurarme a nuevos retos profesionales, sin temor, segura de que al otro lado del miedo están mis anhelos hechos realidad.

Ya no me hacían falta las primeras citas. Además, hay que ser sinceros, ¡Que incómodas que son!
No significa que no podía lograr esas cosas estando con alguien, claro que sí. Dice un proverbio chino: “Si quieres llegar rápido ve solo; pero si quieres llegar lejos ve acompañado”, estoy segura de eso. Si estas en la relación correcta, avanzan juntos, pero ese no era mi caso.

Y claro, por supuesto, a veces extraño un “buenas noches” antes de dormir o un ¿Cómo estuvo el día?, un detalle, un “estoy pensando en vos”, pero cuando esas frases lleguen, les daré el valor que realmente tienen.

Cuando aparezca quien me motive a arriesgar de nuevo,  le diré entonces: “Te esperé. No en un castillo hasta que llegarás a salvarme.  Yo baje por mis medios y enfrenté  los dragones que más me asustaban hasta convertirme en una mejor persona, en lo que soy. No en una princesa pero si en una guerrera. Si algún día decides irte, podrás hacerlo, no tengo miedo a empezar de nuevo.  ¿Si te quedas? Si te quedas, prometo que nunca te arrepentirás”.

You May Also Like

0 comentarios