No es tarde,
tranquila.
Cada una tiene su
propio tiempo. No es ni antes ni después.
Que sean otros los que
vivan bajo la presión de cumplir con los requisitos sociales.
Usted no, mi amiga,
usted tendrá su momento perfecto.
Aún no es demasiado
tarde para enamorarse. No hay edad para amar. Tampoco lo es para
intentarlo una segunda o tercera vez. No se rinda.
No es tarde para
empezar una nueva carrera, aprender un nuevo idioma o emprender su propio
negocio.
No le pongamos edad al
matrimonio, que llegue cuando tenga que llegar.
No fue anticipado el
bebé que tuvo a los 20. Sí, quizás no estaba lista, pero a los 30 el mismo
temor hubiese acompañado la noticia. Ahora tiene la oportunidad de disfrutar el
ser madre por más tiempo que cualquier otra.
Por otro lado, si
supera las tres décadas y ese deseo de ser madre crece cada día, está en un
buen momento para alcanzar ese sueño. Cuenta con la madurez, experiencia y
sabiduría para afrontar ese reto que le recompensará cada vez que la llame “mamá”.
No es ni antes ni después. Cada una tiene su instante perfecto.
No es tarde, no se
preocupe. Viva cada instante porque cada momento es único y nunca volverá. Aún
tiene toda una vida por delante para disfrutar, sufrir, llorar y sonreír.
El fracaso y el éxito
no se fijan en su edad. Los malos tiempos aparecerán en su vida y luego se irán
para dar lugar a los mejores. No se trata de la cantidad de candelas que apague
en cada cumpleaños, dependerá del valor que tenga para continuar, creyendo que
lo mejor siempre está por delante.
Todas somos distintas,
con metas y sueños diferentes, entonces ¿Por qué someternos a esa línea de
tiempo que nos imponen para lograr lo que queremos?
Usted viva a su tiempo
y sea feliz con eso. La preocupación no acelerará su propio proceso pero la
ansiedad sí la llevará a cometer muchos errores.
Permítase vivir y
tener su propio reloj. Usted lo merece.
No se compare. El
mundo es suficientemente grande y nos permitirá a todas cumplir nuestros
sueños.
No es una competencia.
Es su vida.
Por eso, no es ni
antes ni después. Las cosas sucederán cuando tengan que ocurrir.