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Soy Meli Durán

Con luz propia

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Estaba lista para salir a trabajar y Coffee, quien aún era un cachorro, logró escapar y correr a gran velocidad.

Eso ya significaba un gran problema. El jardín es lo suficientemente amplio como para saber que nunca iba a poder atraparlo.

Era mi  primera experiencia como mamá de un peludo de cuatro patas y hasta el momento, nada había sido fácil. No lograba comunicarme con él, de forma efectiva.

Pero las cosas se complicaron, cuando salí a ver dónde estaba, lo encontré jugando con algo extraño. Pasaron algunos segundos antes de darme cuenta que podía estar en peligro; lo que llevaba en su hocico era un enorme sapo.

Ese día, no solo llegaría tarde al trabajo sino que mi corazón se detuvo por un instante. Mientras corría detrás de él, sin éxito, solo pensaba en la posibilidad de que Coffee muriera envenenado y que una parte de mí, se apagaría  con él (Los que aman a sus mascotas, pueden entenderme).

“Coff suelte esoooo, es por su bien, me muero si te pasa algo. Déjame ayudarte, deténgase, escúcheme, por favor, es por su bien”…

Se detenía, pero cuando lograba alcanzarlo volvía a correr con mayor velocidad.  Mi cachorro no tenía idea del riesgo que corría, no entendía el panorama que yo veía ni la angustia que sentía.

Pasaron más de 20 minutos, hasta que empecé a llorar. Sentía tanta impotencia. Estaba ahí, gritándole a mi pequeño, diciéndole lo qué podía pasar y él, simplemente, no quería obedecer.
Estaba exhausta, física y emocionalmente, pero sobre todo, estaba enojada.

-          ¿No me escuchás? ¿No entendés que si digo que NO, es por tu bien? Siempre voy a querer lo mejor para vos y me muero si te pasa algo malo.  Tenés que saber que conozco lo que te puede hacer daño y debes aprender a obedecerme.

Guardé silencio y repetí el mismo discurso pero ahora, era yo quien debía escucharlo.

Me encontraba en una etapa en donde había recibido varios, por no decir muchos,” NO” de DIOS.
“NO”  a esa amistad, “NO” a esa relación, “NO” a ese nuevo proyecto y “NO”  a ese sueño.

No sé cómo es tu relación con Dios pero yo aprendí a verlo como un Papá. Así que, efectivamente,  siempre he aprovechado todos esos privilegios que tienen las hijas. Sí, cada vez que deseo algo, acudo a Él y se lo pido.

Pero de pronto, me decía que “NO” a todo.

Ni siquiera recibía su silencio como respuesta. Simplemente, en mi corazón sentía que no estaba dispuesto a complacerme en esas cosas que para mí, eran importantes. Muy importantes. Ese sentimiento se acompañaba de una realidad que me decía a gritos: “NOOOOO”.

Acepto que estaba un poco molesta con ÉL.

Mi lógica me decía que tenía todos los méritos para obtener esas cosas que le pedía (no era nada material),  ya había esperado lo suficiente y no existía ninguna razón para que se negara a mi solicitud.

Entonces entendí que quizás Dios estaba viendo algo que yo no veía.

Que como yo lo hice con Coffee, Dios solo trataba de protegerme.

Lo que parecía un simple juego para mi perro, podía acabar con su vida. Lo que parecía lo correcto para mí, podía acabar con mi corazón.

En voz baja le dije: “Conoces mis deseos más profundos y si tu respuesta sigue siendo negativa, lo acepto. Amaré esos NO por respuesta como te amo a vos. Sé que me premiarás con lo que sabes que es beneficioso para mi vida”, me sentí mucho mejor.

Muchas personas podrían estar pasando un mal momento porque de pronto, esa persona los dejo de querer, porque no fueron elegidos en el trabajo que deseaban, porque  insisten en una situación sin tener resultados.

Nos aferramos a las personas y a las cosas, mientras nada de eso nos pertenece ni fue creado para nosotros.

Suena fácil pero no lo es.

Además, confieso que no siempre entendí a la primera y que como Coffee, corría feliz sin soltar aquello que me haría daño y después sí, quizás una parte de mi moría. Todo porque aunque veía  las señales de peligro, decidía ignorarlas.

Créame que mientras lloramos por quien se fue, por el sueño que no se materializó y porque simplemente, nada es como queremos, el mismo Dios que te dice que “NO” te dará un “SÍ” muy pronto y te sorprenderá.

Nuestros planes no se comparan a los planes que ÉL tiene.

Los malos ratos van a estar presentes a lo largo de nuestra vida pero depende de nosotros cuánto tiempo los dejemos hospedarse en nuestra mente y en nuestro corazón.

Si ese hombre te dejó, te diré que sos una mujer muy afortunada, aunque aún no te sientas así y pasarán algunos meses para que lo descubras, pero ese día llegará. Es probable que tampoco eras feliz con él al lado.

Si esa empresa decidió prescindir de tus servicios, sin darte mayor explicación, entonces se cumplió tu propósito en ese lugar. En algún otro sitio necesitan de tu talento, pero principalmente, de tu luz.
Las veces que te han rechazado, las ocasiones en las que te han dicho que hay mejores oferentes para ese puesto y todas esas oportunidades en las que la puerta se cierra en tu nariz, no definen lo que eres.

Que tus padres te nieguen esa salida, que el jefe te niegue ese aumento o que la Universidad diga que el cupo está lleno, es difícil de aceptar.

Más lo es cuando quien te dice que “NO” es el mismo al que el Universo le obedece, eso quiere decir que nada de lo que hagas para contrarestarlo, tendrá resultado.

Pero esa misma premisa aplica para cuando te dice “Sí, este es tu momento. Te daré mucho más de lo que soñaste, porque supiste esperar y porque TE AMO”, entonces, nada de lo que se oponga tendrá resultado.

Hoy les puedo contar que después de las respuestas “negativas” que me enviaron de parte del cielo, en aquel entonces, recibí algo mayor y mejor de lo que deseaba.

Por fortuna, nada malo le sucedió a mi perro.

Después de ver en el estado en el que yo me encontraba, a mami se le ocurrió sacar la bolsa de sus snacks favoritos y listo, soltó al sapo y se acercó por su premio, el cual no merecía, por cierto.

Estaba molesta pero fue imposible castigar a Coffee, lo único que deseaba era abrazarlo y decirle que siempre iba a estar ahí para cuidarlo, con amor.

Y ¿Vos?

Deténte, deja de correr lejos, escucha, presta atención a lo que te está diciendo. Regresa a sus brazos, Él está viendo todo el panorama y también se preocupa por lo que pueda sucederte. Corre a sus brazos, que te llevará en ellos, si es necesario, hasta que cruces ese desierto y lo hará, con amor.


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Acerca de mí

¡Hola! Soy Melissa Durán - periodista y presentadora de tv- pero también mujer, madre y esposa.

Me encanta escribir y lo haré cada vez que pueda. Estoy segura que nos identificaremos en muchas de nuestras experiencias.

Bienvenidas a mi blog

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